A lo largo de los años hemos ido viendo los distintos fallos que se pueden cometer a la hora de realizar cultivos en exterior. Bajo nuestra experiencia y la de conocidos y amigos, hemos recaudado algunas de ellas para que sepáis lo importante que es ser cuidadoso y atento con cada uno de los cultivos que se realizan. Es muy importante no confiarse nunca.
Elegir y utilizar un buen sustrato en tus cultivos es indispensable para que tus plantas salgan adelante. Si utilizas uno de mala calidad, seguramente tu cultivo no llegue muy lejos por mucho que cuides otros factores que también debes tener en cuenta para cultivar.
Montar un cultivo en exterior puede ser más barato que montar uno de interior. No obstante, los cultivos de exterior también tienen sus inconvenientes, ya que al no poder controlar ni la temperatura, ni la humedad ni el aire, tus plantas pueden sufrir problemas que están fuera de tu alcance. Equiparse de buenos materiales de cultivo (según las necesidades de cada uno) puede prepararte para todo lo que venga y así tener un cultivo exitoso.
Las semillas feminizadas tienen una ventaja respecto a las regulares. Esta variedad, solo crea plantas hembras, es decir, no habrá preocupación de que nazcan plantas macho y tengas que quitarlas para que no polinicen las plantas hembras.
Si tu objetivo es aumentar tu producción y tienes el espacio suficiente, la mejor opción es cultivar en huerto. A continuación te contaremos como debes hacerlo para que tengas una cosecha espectacular.
Los esquejes son réplicas de una planta de marihuana madre, para ello se tienen que cortar y enraizar. El resultado son plantas con las mismas características que la planta madre. Todo esto es bueno para obtener un cultivo homogéneo y una alta producción.
Este tipo de semilla, se ha conseguido gracias a la mezcla de plantas de marihuana con genética Ruderalis y plantas fotodependientes. Gracias a esta mezcla, con las plantas autoflorecientes se obtienen resultados más rápidos y se puede cultivar prácticamente durante todo el año pues su floración comienza a partir de la segunda o tercera semana sin importar la luz recibida.
Las semillas en estado natural germinan en primavera (cuando hay unas condiciones favorables) y termina de crecer a finales de verano. Empiezan a florecer cuando los días son más cortos, se reproducen, crean semillas y mueren.